Ducere Lente, la forma de practicar Slowdriving

Ducere Lente, la forma de practicar Slowdriving

Carretera al infinito

Si has pulsado el botón acerca de mí, conocerás un poco  mi pensamiento y mi forma de vivir y actuar.

Y te preguntarás,

¿Por qué DUCERE LENTE y qué es exactamente?

Ducere Lente se enmarca en un tipo de vida, de filosofía y forma de pensar y vivir representado en el movimiento Slow.

Es un movimiento que podríamos denominar Slow driving, o de conducción lenta y pausada que recoge y hace suyos los principios e ideas fundamentales del movimiento Slow manifestado en las diferentes expresiones que desde hace años, se aplican en diversas actividades humanas que buscan minimizar o eliminar los efectos nocivos que éstas ejercen sobre la naturaleza y sobre las personas.

Quisiera que Ducere Lente suponga una nueva forma de desplazarnos.

Y ahora la pregunta pertinente…

¿Por qué ese nombre latino en lugar de la acepción inglesa o la española?

Pues por que en los idiomas actuales conducir ha adquirido el significado y la acepción casi exclusiva de “Manejar o controlar” un coche y en realidad se quiere recalcar la significación y el concepto de Dirigir, controlar y guiar que subyace en la palabra Ducere, que es lo que se pretende que podamos hacer con nuestros vehículos cuando en nuestros días, son los coches y las prisas las que nos dirigen a nosotros.

Entiendo que el “Lente” casi no hace falta precisarlo, y que la idea de una conducción lenta y pausada viene a la mente con fluidez.

¿Cómo he llegado hasta aquí?

Como he dicho en mi presentación, soy un chico de 50 años,

(Si, he dicho un chico…)

que a día de hoy puede decir que su vida siempre ha transcurrido deprisa, muy deprisa.

Ya desde niño fui muy inquieto y movido.

Recuerdo que ya de parvulito mi profesora tuvo que hablar con mi madre para explicarle que yo no era capaz de estar más de 10 minutos sentado y mi madre tuvo que asentir, yo era siempre así.

No les quedó otra más que aceptar que el niño tenía que levantarse cada tanto tiempo para dar una vuelta y liberar algún tipo de energía.

En la Universidad ya, comencé a controlarlo… aunque solo un poco.

Puedo decir que crecí sin parar de moverme y buscando siempre motivos y excusas para no estar quieto ni desocupado puesto que sentía que estarse quieto, sin tener cosas que hacer o realizar era una forma de dejar pasar la vida.

Por si fuera poco, tras acabar mis estudios de Filosofía y letras convirtiéndome en el geógrafo que soy, y tras un paso por la Universidad de Sheffield, gracias a una beca Erasmus, acabé encontrando mi nicho de empleo en una compañía de transporte, sector donde desde entonces he desarrollado mi carrera profesional.

De este modo las prisas se convirtieron en una constante en mi vida, ya que en el mundo del transporte las prisas imperan y un camión nunca puede llegar tarde a destino.

Si además, como fue mi caso, hay que desarrollar operaciones de transporte internacional, tu mente ha de acostumbrarse a vivir en varios planos simultáneos en tu cabeza pero separados en el tiempo incluso por una semana….

Hoy lunes tú estás en España, pero hay que pensar en el jueves cuando llegará a Italia y al mismo tiempo pensar en lo que ocurrirá ese día o el viernes para que pueda cargar de vuelta sin perder tiempo ni dinero…

Así han pasado, en mayor o menor medida los últimos veinte años de mi vida y ha tenido incluso repercusión en mi vida privada y en mi salud,

Pero en cierto modo algo cambió, cuando hace unos años adquirí un vehículo histórico que hacía retrotraerme a muchos años atrás y a otra época…

Comencé a tomarle el gusto a conducir de una forma relajada… tranquila, en contraposición a mis viajes de trabajo siempre corriendo, presa de horarios, citas y en definitiva del reloj.

y lo cierto es que me ayudó a pensar y pensar.

A esto se unió un episodio en el que conduciendo veloz mi vehículo de empresa para no llegar tarde a una vista, sentí algo en mi pecho que me hizo tener que detenerme para apartarme en la primera salida que pude.

Un dolor agudo a la altura de mi corazón hizo que tuviese incluso que desabrochar mi cinturón de seguridad y sentir una cierta liberación.

No era la primera vez que me ocurría pero no con tal intensidad, así que no me lo pensé, puesto que aunque no temí nada grave, preferí ser cauto no solo por mí si no por el resto de conductores.

Cuando me repuse asistí a esa cita que por supuesto era irrenunciable pero acudí a que me visitaran los médicos para disipar dudas.

Afortunadamente no resultó ser ningún problema coronario pero me indicaron que el estrés, la ansiedad habían hecho mella en mí.

Conocía el mundo del Mindfulness por alguna incursión a través de la empresa en la que trabajaba así que decidí conocer más y saber si podría ayudarme en cierto modo.

Dí en el clavo.

Me hizo pensar y me ayudó a reafirmarme en la idea de que el tiempo que vivimos es el real y que hay que tratar aunque no siempre sea fácil, aprovechar cada momento, cada instante y cada estímulo que la vida nos ofrece, muchas veces en cosas pequeñas y aparentemente insignificantes y en las actividades que realizamos en nuestro día a día.

Al mismo tiempo hacía tiempo que conocía el movimiento Slow al que he hecho referencia, y cuya primera noción que recuerdo fue la de un productor de azafrán turolense al que conocí hace años y me habló del movimiento Slow Food.

Más tarde, y casi por casualidad, llegó hasta mis manos una obra que todavía me hizo reflexionar y profundizar más en esta forma de vivir.

Se trata de  la  obra «Elogio de la lentitud», lo que me dio la oportunidad de conocer a Carl Honore, periodista y escritor, titulado en Historia, que con una obra  cargada de experiencias personales y de estímulos para parar a reflexionar, hizo que me plantease la idoneidad de seguir su ejemplo, convirtiéndose  en todo  un referente del movimiento Slow, como ya lo era para muchas personas de los cinco continentes.

Así que pensé que por qué no.

Por que no aplicar estas filosofías o modos de vida en la medida de lo posible, ya que vivimos en un mundo en el que no siempre es fácil no sucumbir ante lo rápido o incluso lo inmediato.

Ven! te invito a conocer y practicar un modo de vida Slow, pausado, relajado y consciente

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