MANIFIESTO DUCERE LENTE- SLOW DRIVING SPAIN
Conducimos como vivimos, de forma rápida sin ser conscientes de las acciones que realizamos.
La mayor parte del tiempo no vivimos. Pasamos por la vida.
La mayoría de las veces no conducimos. Discurrimos por calles, carreteras o autopistas.
Los avances tecnológicos de la Revolución industrial hicieron creer al hombre que podía retar a la naturaleza y la velocidad es el máximo exponente de este desafío.
La máquina de vapor primero y después el motor de explosión, hicieron alcanzar velocidades no conocidas hasta el momento y el hombre se sintió poderoso.
Pero paradójicamente las máquinas que éste construía, estaban despojadas de la esencia humana de su creador y hemos aceptado que su carácter insensible y tecnológico nos haya embrujado permitiendo que se impongan frente a todo aquello que nos hace personas.
Conducir no es pilotar.
Conducir significa guiar, dirigir, consiste en decidir y controlar la forma en la que queremos ir y avanzar de modo que impongamos nuestra voluntad a la máquina
Pero aún estamos a tiempo de dar la vuelta a esta situación en la que impera la dictadura de las máquinas con su fría e inexpresiva naturaleza.
No es tarde para conseguir un empoderamiento del humano frente a lo puramente técnico y hacer que a través de la conducción lenta y pausada, las mujeres y los hombres sean quienes impongan a la máquina su carácter.
Al mismo tiempo se sabe que la forma de conducción femenina, se adapta más a esta filosofía, y son varias las estadísticas que indican que generalmente ellas, se muestran menos competitivas al volante y por lo tanto más sosegadas y prudentes, así como más respetuosas con las normas de circulación.
El mundo del motor ha sido tradicionalmente masculino, y posiblemente por eso ha dado lugar a la máxima de que conducir=correr y posiblemente necesite con urgencia “feminizar la conducción” para que la nueva cultura de la conducción sea una realidad lo antes posible.
La velocidad siempre aumenta el consumo, la necesidad de recursos, y obliga al ser humano y a la naturaleza a renegar de su carácter esencial.
A más velocidad más consumo de energía, es decir, más contaminación y más estrés… más sobre-explotación de recursos tanto naturales como humanos.
A más velocidad menos conciencia, menos reflexión, menos creatividad, menos imaginación y menos eficiencia.
Por que lo rápido no siempre es eficiente.
Cuanto más rápido conducimos menos observamos, menos capacidad tenemos para recibir estímulos, asimilarlos y disfrutar de todo lo bueno que hay y ocurre a nuestro alrededor.
Al mismo tiempo, a mayor velocidad hay una menor atención y menor capacidad de reacción de modo que los riesgos aumentan.
Cuando el vehículo es el que nos domina a través del poder de seducción que su potencia y la velocidad misma ejerce sobre nosotros, llegamos a perder el timón y el control de modo que hoy en día la mayor parte de
de las muertes en carretera, se deben a velocidades inadecuadas y a las distracciones al volante.
En definitiva no solo en la conducción sino en la vida misma, suele ocurrir que a MÁS velocidad, hay MÁS riesgos, pero MENOS vivencias y experiencias gratificantes que hacen que nuestros sentidos nos permitan descubrir que estamos vivos.
Los efectos de la pandemia del Covid-19 los años 2019 y 2020 han puesto ya en entredicho muchas formas y modos de vivir y convivir que hoy ya tienen que ser repensados.
Hay que asumir que ya estamos inmersos en una etapa post covid y hay que promover cambios para mejorar como personas y en cuanto a la relación que nos une a los humanos y la naturaleza.
Las grandes ciudades fueron los primeros lugares en los que la naturaleza comenzó a ser desplazada y donde la velocidad comenzó a cobrar más protagonismo.
Aun hoy en día cuando decimos que una ciudad es vibrante o que no duerme, lo entendemos como un elogio.
Millones de personas abandonaron y abandonan el mundo rural atraídas por el olor de un desarrollo nunca asegurado.
Ahora esas ciudades son el epicentro de la enfermedad y las sociedades rurales han podido luchar mejor contra el virus.
Asumamos que el mundo rural, más lento, pausado y cercano a la naturaleza tendrá mucho que ofrecer y enseñarnos.
Ya ha llegado el tiempo de valorar lo RURAL en lugar de despreciarlo.
Hay que hacer que esta situación que ha tenido un cruel desenlace con miles y miles de enfermos y muertos, nos haga pensar y plantear un cambio en nuestra forma de trabajar, desplazarnos, relacionarnos, socializar y en definitiva vivir.
Pero en estos tiempos asistimos también a un fenómeno que nos obligará a poner a prueba nuestra capacidad para actuar de una forma responsable en cada una de las acciones que llevemos a cabo en las diferentes facetas de nuestra vida.
Un ejemplo es que a día de hoy hay muchos trabajadores y trabajadoras que han cambiado sus hábitos en movilidad por miedo o por desconocimiento a veces, y ahora eligen utilizar más sus vehículos privados creyendo que están más seguros.
Al mismo tiempo estamos inmersos en otra revolución tecnológica propiciada por los avances digitales que con el confinamiento y las dificultades para relacionarnos, están cobrando cada día más adeptos y seguidores.
Internet, los dispositivos móviles así como las redes sociales han hecho que pasemos de un mundo donde se rendía culto a la velocidad a otro nuevo en el que se muestra una idolatría a la inmediatez y lo instantáneo.
Es por lo tanto importante que tomemos conciencia de que ahora más que nunca, es necesaria nuestra responsabilidad e inteligencia para afrontar la vida de modo que sin renunciar a todo lo bueno que nos ofrece la tecnología, podamos pensar y tener tiempo para comprender lo que la Naturaleza se esfuerza en decirnos día a día:
Vivir es mucho más que tan solo estar vivo.
Con la siguiente declaración DUCERE LENTE, manifiesta su COMPROMISO con el apoyo de unos modos y formas de consumo, vida y relaciones RESPONSABLES, SOSTENIBLES e INTELIGENTES.
Al mismo tiempo anima a los conductores y conductoras a que disfruten de la experiencia de conducir bajo esas premisas y con espíritu de disfrute, de hallazgo o redescubrimiento de sensaciones y de estímulos que el camino nos ofrece para goce de nuestros sentidos.
I- El movimiento Ducere lente -Slow driving Spain, recoge y hace suyos los principios e ideas fundamentales del movimiento Slow representado en las diferentes expresiones que desde hace años, se aplican a diversas actividades humanas buscando minimizar o eliminar los efectos nocivos que ejercen sobre la naturaleza y sobre las personas.
II- Los términos Slow, Lente, lento o pausado, no se entienden ni aplican de forma literal.
Se trata de una contraposición al hecho de hacerlo todo rápido y de forma veloz, pero dejando claro que Ducere lente promueve que cualquier actividad se lleve a cabo a una VELOCIDAD ADECUADA, para que nos aporte los mayores beneficios con el menor impacto negativo en forma de gasto innecesario, contaminación o estrés.
Sin embargo, Ducere Lente es plenamente consciente de que hay momentos y actividades en las que la rapidez es necesaria y lo más adecuado a las condiciones del momento.
III- Hoy en día la movilidad es algo que se ha convertido en parte de nuestro día a día sobre todo en los países que se consideran desarrollados.
Conducir es así, una de las actividades que más se realizan en el mundo y que mayores efectos dañinos causan no solo sobre la naturaleza sino sobre las personas mismas.
Por esa razón Ducere Lente quiere manifestar que conducir no siempre es imprescindible o la mejor opción para desplazarse de modo que apela a la responsabilidad y a la inteligencia de las personas para elegir y priorizar alternativas, que van desde caminar, hasta utilizar el transporte público de gran capacidad o a otros medios individuales menos contaminantes y con menor presión sobre el medio ambiente.
IV- Ducere Lente insta y exige a los diferentes organismos y administraciones competentes que pongan a disposición de los ciudadanos los métodos y redes de transporte más eficaces y con menor impacto ambiental para disuadir a los ciudadanos de utilizar su vehículo privado
V- Del mismo modo Ducere Lente, hace un llamamiento a los mismos organismos y administraciones, así como a la sociedad en general a través de sus diferentes organizaciones, a replantear unos horarios más razonables y racionales en aras de minimizar los desplazamientos, y poder mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y hacer que la conciliación familiar y laboral sea una realidad en un futuro no lejano.
VI- Ducere Lente anima a las personas que imperiosamente tengan que utilizar su vehículo privado a hacerlo de forma responsable, pausada y tranquila y siempre aceptando cumplir escrupulosamente las normas de circulación incluso por exceso.
Que sean conscientes de que especialmente en el ámbito urbano, forman parte de un todo en el que conviven con peatones, ciclistas, o usuarios de otros medios individuales o colectivos, y que entiendan que con un vehículo en sus manos, son los más susceptibles de causar daños o accidentes de consideración.
Ducere Lente, insta a las personas al mando de un volante a respetar por encima de todo.
VII- Ducere Lente invita a quienes sientan pasión por conducir a degustar, a experimentar, a descubrir los efectos que tiene conducir de forma pausada, relajada y consciente, guiando un vehículo con el que sentirse identificado mientras se recorre una ciudad, o una bonita carretera que permite percibir paisajes, parajes o momentos que a lo mejor no sabía que estaban ahí.
VIII- Ducere lente reclama una mayor presencia y protagonismo de la mujer en un ámbito que el hombre ha hecho casi propio.
XIX- Ducere lente apuesta por poner la mirada en muchas de las virtudes, cualidades y los valores que representa el modo de vida y la sociedad rural, tradicionalmente denostada, pero que mantiene un carácter menos agresivo, invasivo y destructor de una Naturaleza a la que se acerca con su esencia pausada, tranquila e integradora.
XX– Ducere Lente manifiesta que desarrollará diferentes acciones y propuestas para mostrar la belleza de la lentitud y reivindicamos que muchas veces el camino mismo es nuestra meta.
Porque para Ducere lente, el fin, es el medio.
Zaragoza 21 de Octubre de 2020