Slow Driving
Desafiando a la naturaleza
Los avances tecnológicos de la Revolución industrial supusieron un cambio sin igual en la historia humana, tan solo comparables con los cambios producidos en el Neolítico, y me aventuro a decir, que con el momento en el que vivimos en la actualidad con los avances digitales que incluso permiten la inmediatez desafiando las coordinadas espaciales y temporales.
Aquellos cambios, hicieron creer al hombre que podía retar a la naturaleza y la velocidad es el máximo exponente de este desafío.
La máquina de vapor primero y después el motor de explosión, hicieron alcanzar velocidades no conocidas hasta el momento de modo que el hombre se sintió poderoso.
Pero paradójicamente las máquinas que éste construía, estaban despojadas de la esencia humana de su creador y hemos aceptado que su carácter insensible y tecnológico nos haya embrujado permitiendo que se impongan frente a todo aquello que nos hace personas.
Conducimos como vivimos, de forma rápida y veloz y la mayoría de las veces sin darnos cuenta de lo que ocurre a nuestro alrededor.
La conducción dado que la movilidad es algo sin lo que hoy en día nuestra vida no sería, representa como una metáfora nuestra forma de pasar por la vida y de relacionarnos con nuestro entorno, nuestras personas, con la naturaleza y en definitiva con nuestra realidad.
En su obra “La lentitud” (1996) el escritor checo Milan Kundera escribió “Cuando las cosas se suceden con tal rapidez, nadie puede estar seguro de nada, de nada en absoluto, ni siquiera de sí mismo”.
Cuántas veces conducimos con el piloto automático… hacemos las cosas sin fijarnos, sin reparar, sin ser conscientes.
Seguro que en alguna ocasión has ido conduciendo por una autovía o una vía rápida y de pronto te has dado cuenta de que han transcurrido varios kilómetros pensando en alguna de esas cosas tan importantes que te han hecho desconcentrarte hasta el punto de no saber cómo has llegado a un determinado punto.
Tampoco podemos volver la cara a la realidad. Sabemos que la velocidad es algo que nos aporta sensaciones estimulantes.
Como refiere Carl Honore en su obra Elogio de la Lentitud, “la velocidad libera dos sustancias, la adrenalina y la noradrenalina, que también recorren el cuerpo durante el acto sexual…” e incluso refiere la frase de Milán Kundera que dice que “La velocidad es la forma de éxtasis, que la revolución técnica ha brindado al hombre”
“Sin lugar a duda el cerebro humano está acondicionado para la velocidad, continua Honore, el desplazamiento veloz, con el peligro, la vibración, la emoción, la palpitación, la embriagadora experiencia sensorial que lo acompañan , nos estimula”
Esta sensación nos controla, nos supera, nos hace pequeños.
Nos domina.
Slow Driving
Ducere Lente apuesta por la práctiva del Slow Driving y así pretende que humanicemos una actividad como la conducción.
Pretende que veamos que conducir no es pilotar, sino guiar, controlar y dominar nosotros a la máquina.
Busca una reflexión para darnos cuenta de que por norma general la velocidad siempre aumenta el consumo, la necesidad de recursos, y en el mundo de la conducción este hecho es más palpable.
El consumo de un vehículo circulando a 120km./h. En comparación a si lo hace a 90km./h, es sensiblemente más alto, llegando incluso a suponer diferencias de entre un 40 y un 50% mayor a más velocidad siempre teniendo en cuenta una conducción en las mismas circunstancias y con un mismo modo de realizarla.
Y esto no afecta solo a los combustibles fósiles, dado que en los vehículos eléctricos cada vez más presentes en nuestras ciudades, y que esperamos que su curva ascendente siga aumentando, la diferencia de velocidad se traduce en una reducción de la autonomía radical que también puede llegar a según modelos, un 50% menos de kilómetros que pueden recorrerse a alta velocidad.
Si las velocidades alcanzadas, ya fuera de la ley y de todo respeto, seuperan los 140km/h. o incluso más, los consumos se incrementan de un modo más radical.
Pero a más velocidad más no solo hay más consumo de energía, hay más contaminación y mayor impacto en el medio ambiente y en la Naturaleza, y además, la velocidad tiene un efecto nocivo tanto hacia el exterior como hacia nuestro interior que en definitva forma parte de los mismo.
Se producie una sobre-explotación de recursos naturales pero también humanos.
En las personas, genera también más estrés, ansiedad, agitación y zozobra.
A más velocidad menos conciencia, menos reflexión, menos creatividad, menos imaginación y menos eficiencia.
Por que lo rápido no siempre es eficiente.
Cuanto más rápido conducimos menos observamos, menos conscientes somos de modo que hay una menor atención y menor capacidad de reacción de modo que los riesgos aumentan.
Cuando el vehículo es el que nos domina a través del poder de seducción que su potencia y la velocidad misma ejerce sobre nosotros, no somos nosotros.
De todos es sabido que un porcentaje altísimo de las muertes en carretera, se deben a velocidades inadecuadas y a las distracciones al volante.
Muchas pérdidas humanas y familias destrozadas tienen su origen en ir deprisa por la vida.
Pero desde Ducere lente pensamos que podemos dar la vuelta a esta situación.
Queremos abogar por un empoderamiento de lo humano frente a lo puramente técnico y hacer que a través de la conducción lenta y pausada, las mujeres y los hombres sean quienes impongan a la máquina su carácter.
Incluso atendiendo a un hecho bastante estudiado, y que dice que la conducción femenina, se adapta más a esta filosofía, mostrando una menor competitividad al volante, así como un mayor respeto por las normas, podríamos abogar por una feminización de la conducción para que una nueva cultura de la conducción llegue más pronto que tarde.
No es tarde, podemos disfrutar y hacer de la conducción algo más relajado, sostenible, pausado y respetuoso con el medio ambiente y con las personas… con los demás y con nosotros mismos… en el ámbito urbano y fuera de él, unidos y mimetizados con nuestras carreteras, nuestros paisajes, nuestros pueblos… tratando de encontrar estímulos y nuevas formas de sentir y disfrutar de la conducción.
Acompañanos! Si te gusta conducir, este es tu sitio.