Ducere Lente…

Ducere Lente…

Paniza en otoño

Si has pulsado el botón acerca de mí, conocerás un poco  mi pensamiento y mi forma de vivir y actuar.

Y te preguntarás,

¿Por qué DUCERE LENTE y qué es exactamente?

Ducere Lente se enmarca en un tipo de vida, de filosofía y forma de pensar y vivir representado en el movimiento Slow.

Es un movimiento que podríamos denominar Slow driving, o de conducción lenta y pausada que recoge y hace suyos los principios e ideas fundamentales del movimiento Slow manifestado en las diferentes expresiones que desde hace años, se aplican en diversas actividades humanas que buscan minimizar o eliminar los efectos nocivos que éstas ejercen sobre la naturaleza y sobre las personas.

Quisiera que Ducere Lente suponga una nueva forma de desplazarnos.

Y ahora la pregunta pertinente…

¿Por qué ese nombre latino en lugar de la acepción inglesa o la española?

Pues por que en los idiomas actuales conducir ha adquirido el significado y la acepción casi exclusiva de “Manejar o controlar” un coche y en realidad se quiere recalcar la significación y el concepto de Dirigir, controlar y guiar que subyace en la palabra Ducere, que es lo que se pretende que podamos hacer con nuestros vehículos cuando en nuestros días, son los coches y las prisas las que nos dirigen a nosotros.

Entiendo que el “Lente” casi no hace falta precisarlo, y que la idea de una conducción lenta y pausada viene a la mente con fluidez.

El camino hasta aquí

Como he dicho en mi presentación, soy un chico de 51 años,

(Si, he dicho un chico…)

que a día de hoy puede decir que su vida siempre ha transcurrido muy deprisa.

Siempre he sido una persona inquieta y movida a lo que se unió mi dedicación profesional en el séctor del transporte, un mundo en el que las prisas, el estrés y la velocidad son algo inherente.

Tras veinte años de dedicación profesional a lo urgente y viviendo según las reglas de la rapidez llegó un momento que paré en seco ayudado por una serie de circunstancias personales y relacionadas con la salud.

Nuevas situaciones que me hicieron pensar y me ayudaron a reafirmarme en la idea de que el tiempo que vivimos es el real y que hay que tratar aunque no siempre sea fácil, aprovechar cada momento, cada instante y cada estímulo que la vida nos ofrece, muchas veces en cosas pequeñas y aparentemente insignificantes y en las actividades que realizamos en nuestro día a día.

Al mismo tiempo hacía tiempo que conocía el movimiento Slow al que he hecho referencia, y cuya primera noción que recuerdo fue la de un productor de azafrán turolense al que conocí hace años y me habló del movimiento Slow Food.

Más tarde, y casi por casualidad, llegó hasta mis manos una obra que todavía me hizo reflexionar y profundizar más en esta forma de vivir.

Se trata de  la  obra «Elogio de la lentitud», lo que me dio la oportunidad de conocer a Carl Honore, periodista y escritor, titulado en Historia, que con una obra  cargada de experiencias personales y de estímulos para parar a reflexionar, hizo que me plantease la idoneidad de seguir su ejemplo, convirtiéndose  en todo  un referente del movimiento Slow, como ya lo era para muchas personas de los cinco continentes.

Así que pensé que por qué no.

Por que no aplicar estas filosofías o modos de vida en la medida de lo posible, ya que vivimos en un mundo en el que no siempre es fácil no sucumbir ante lo rápido o incluso lo inmediato.

Ven! te invito a conocer y practicar un modo de vida Slow, pausado, relajado y consciente

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